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¡Por fin se acabó el verano!

29 octubre 2008

Desfiladero de la Hermida (Asturias, 28 octubre 2008)
Desfiladero de la Hermida (Asturias, 29 octubre 2008)

No sólo en Sierra Nevada y Granada, si no que también al norte ha llegado la nieve. Eso sí, donde antes se decía simplemente ‘Año de nieves, año de bienes’, ahora se presenta el dicho popular rodeado de alertas, recomendaciones para no salir de casa, preparar el coche como si fuéramos a partir al Polo Norte, etc…

Rio Deva (Cantabria, 28 octubre 2008)

Río Deva (Cantabria, 29 octubre 2008)

El hecho cierto es que es toda una alegría dejar de ver los arbustos resecos de las cunetas, el comprobar que la calefacción del coche sigue funcionando, que los guantes de lana son cómodos y calentitos. Para los que no nos gusta el calor, ni el aburrimiento que produce el que no existan estaciones reconocibles, el color del otoño, las ramas desnudas, las nubes y el viento frío del norte nos reconforta.

Valdeprado (Cantabria, 29 octubre 2008)

Valdeprado (Cantabria, 29 octubre 2008)

¡Y para prueba, un botón! ¡O mejor, tres botones! Las tres imágenes están tomadas el miércoles 29 de octubre entre las dos y las seis y media de la tarde (HOE). Lluvia en las zonas más bajas y nieve a partir de 600 m. de altitud. ¡Y que siga así! ¿Será que se avecina una nueva glaciación?

¡Ójala!

Shelma
(In a glad mood!)

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I FEEL IT ALL!!!

2 junio 2008

MELLON COLLIE SE DESPERTÓ entre notas de piano y como siempre le pasa, abrió los ojos con el estremecimiento que le produce el fluir de la música volando por su habitación, un cuarto con vistas cuyo color arenoso recuerda la inmensidad de un desierto que se siente, por veces lejano más allá del mar, por otras cercano al alcance de la mano.

Mellon Collie saluda a la luz del día con una media sonrisa teñida de felicidad, provocada por el recuerdo vívido de una preciosa cabellera pelirroja entre jirones de niebla; entonces entrecierra los ojos y se duerme pensando en vastos océanos donde no existe la forma humana, sino sólo sentimientos que se encuentran y se entrecruzan en libertad. Un universo onírico donde, en caída libre se mueven sonrisas protectoras y el tacto suave de la complicidad permite abrazos gratuitos y sentidos.

En su sueño se despierta, se incorpora y observa el amplio paisaje desde su ventana, el sol a la espalda y una vasta llanura que se extiende allá abajo. Respira hondo y se arroja al vacío, cae con rapidez con los brazos abiertos, mirando hacia el cielo. Tres instantes después su caída se ralentiza y se detiene flotando, abre los ojos e inicia un vuelo pausado sobre la llanura, dirigiéndose a las cumbres nevadas que cierran el horizonte.

Y en su vuelo rememora… a cada instante, con cada pálpito de vida aumentan las sensaciones que percibe, permitiéndole sentir el roce de las palabras, escuchar amaneceres, refugiarse en el silencio protector de la naturaleza, reproducir la calidez de unos labios o dejarse transportar por los brillos de miradas perfumadas de aire puro y fresco.

En la vigilia del sueño se pregunta dónde le gustaría estar… ¿en este lado? ¿quizás en el otro? Se detiene en el aire y mira en su interior. Lo que ve le gusta… comprobando una vez más que es capaz de sentirlo todo, que aún tiene alas de rebeldía que le permiten volar sobre el paisaje de la vida y se pregunta -incluso más de una vez- si será él (ella) quien se (le) romperá el corazón en un futuro que aún no ha llegado. ¿Puedo amar, puedo amarte? ¿podemos ganar la guerra a todo aquello que no queremos (ni debemos) aceptar?

Su vuelo pausado volvió a depositarle entre las sábanas y se despertó entre miradas que se desvanecían. Cuatro notas sonaban, cuatro momentos de felicidad: uno, dos, tres, cuatro…

¿Y si, mientras llegan el cinco, seis, siete, ocho… pudieses ir cambiando tu corazón y al llegar al nueve y diez nos mirásemos y nos reconociésemos?

Entonces toma mi mano y despertemos juntos.

Shelma
(How my hearth behaves!)

Escucha ‘I feel it all’ por Leslie Feist ( The Reminder, 2008 ) (4,9 Mb .mp3)

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Mola el mole

17 May 2008

Acabo de llegar de Barna y, como siempre que estoy en esa fantástica ciudad mediterránea, lo único que traigo son las mejores sensaciones. Mi relación con Barcelona es curiosa, inusual, muchas veces forma parte de mis mejores recuerdos y otras sigue presente, al escuchar ciertas músicas, al cerrar los ojos o cuando paseo por el barrio de Gràcia.

Ha sido un viaje fugaz, escasas 24 horas gracias a un viaje de trabajo y las imbatibles tarifas aéreas que nos asaltan a través de la Red. Ir a Barcelona es barato, se está allí en apenas hora y media y al llegar, cuando uno pasea por sus calles, parece que no has salido del barrio habitual, de ese en el que vives. ¡Uno nunca se siente extraño entre barceloneses!

Tras un viaje rápido y necesario al Delta del Ebro, recalé en Barcelona pasadas las once de la noche. Jordi hizo de guía y me presentó a Sina, una teutona hastiada de su país que aún se encontraba en ese necesario proceso de integración a la luz mediterránea.

Nos perdimos -literalmente- buscando ese pequeño restaurante que al final encontramos, un encantador sitio con verdadera comida mejicana, o al menos sabrosísima. La atmósfera ¡ideal!, y mi alegría subió como la espuma cuando mezclé un par de salsas de aspecto amenazador y un trozo de chile y… ¡picaba, pero a base de bien! Es el primer restaurante de corte charro en el que las salsas picaban de verdad. ¡Qué alegría terminar con la falsedad de la franquicia en las que la ración ‘súper-bomba’ no llega a recordar un ridículo grano de pimienta negra!

Un brindis con birra transatlántica y conversación animada, relajada, risas, complicidad… Tras pagar nos piramos a un bareto cuyo nombre ya no me acuerdo, pero que me recordó a esa esquina de la Habana, encantadoramente vetusta. Nos seguimos riendo y nos dedicamos a desgranar mojitos de los auténticos, con ron blanco, un poco de añejo y angostura. ¡Delicioso, uhmmmm!

Sina se pone «colorá» cuando le dices algo que le turba. Eso aumenta su inusual encanto y la convierte -de repente- de conversadora con peculiar acento, a mujer tímida de sonrisa escondida. ¡Uhmmmmm…!

La noche acabó poco antes de levantarnos y tener que tomar un avión… pero fue un encanto mezclar lo auténtico de Barcelona con la taza mágica de Bremen, la hospitalidad, el humor y la risa tan pura de mi anfitrión, las canciones de ‘Die Biene Maja’, el café humeante de la madrugada, el reflejo lejano de Júpiter sobre los tejados de la ciudad, mi acogedora habitación y la despedida amiga en la terminal del aeropuerto.

Pero recordad… y aunque lo contrario lo haya dicho una mujer, ¡las rubias no son tontas!

¡Espero que os guste la película!

Viele Grusse!

🙂 Shelma

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¡Desnudo el ser humano!

3 marzo 2008
hospital

Oculto tras su silencio, un hombre enjuto, de tez morena -casi negra- sufría en silencio su crónica enfermedad. Casi no hablaba y sólo articulaba palabras básicas en español, la lengua del país que lo había acogido, sin complejos ni excepciones. Procedente de un pequeño pueblo cercano a Oujda, la mala suerte o la razón que fuere, le hizo enfermar hace años y requerir amplios períodos de hospitalización y cuidados continuos por parte de los suyos. Al parecer por haber regado las hortalizas con agua en mal estado, o por haber recibido un lametón de su perro favorito -enfermo- o por haber homenajeado a un invitado con un cabrito de su rebaño. Su hígado en mal estado lo seguiría estando en el futuro.

Pero la naturaleza de la enfermedad de este marroquí silencioso no es lo relevante de esta historia que traigo aquí. Lo más llamativo es que un desconocido hombre moreno del sur, un -probablemente- humilde trabajador que llegó a España hace tres años, sea tratado en igualdad de condiciones que otro enfermo de origen cercano y vecino del barrio de toda la vida.

¡Podemos estar orgullosos de nuestro sistema de salud! ¿Tardan en atender un poco más de lo debido? Es probable, pero una minucia al comprobar la calidad humana que rodea a los profesionales de la medicina en nuestro país. Si se pasa un tiempo en el hospital se hace patente la maravillosa actitud, profesionalidad y cercanía de cada chica que -a golpe de sonrisa y comentario cordial- atienden con cariño al paciente.

¿Qué a veces el médico repite varias pruebas y parece que no acierta? Es posible, pero teniendo en cuenta la malsana manía hispana de pretender saber más que el profesional de turno, no es nada preocupante; más si cabe cuando con las prisas habituales y la mediocridad generalizada, asegurar el estado de salud y efectuar un correcto diagnóstico, bien con una bien con cien pruebas, es una alegría dados los tiempos que corren.

¿Qué es un hospital, al menos el de Granada? No es difícil contestar esta pregunta: son buenas caras, facilidades, tolerancia, sonrisas, explicaciones, profesionalidad, dedicación, cuidados, tecnología, servicios, higiene y preocupación por el estado de cada uno de los enfermos que allí se albergan. Pero no es sólo eso, también se palpa ‘la mala educación’ y no me refiero con ello a la cinta de Almodóvar; sino que apunto a muchos de los visitantes y familiares que pululan por las diferentes plantas, individuos que no cumplen con los mínimos de respeto y civilización que exige un país europeo moderno. Ahora entiendo el que se rifen a los profesionales españoles de la medicina en medio mundo y al mismo tiempo que no se quiera entrar en la ‘rifa’ que puede suponer hacer negocios con los hispanos peninsulares.

Pero sin duda alguna, lo mejor de nuestro sistema hospitalario es que -sin complejos, estridencias, desavenencias o derechos mancillados- desnuda al ser humano, iguala sin excepción al humilde con el prepotente, al débil con el poderoso, al rico con el pobre… Algo ¡tan difícil de reproducir hoy día! en el exterior de este complejo, que -mientras miro a mi padre dormir plácidamente-, casi me dan ganas de mudarme por un tiempo a esta quinta planta, donde me ofrecen meriendas hipocalóricas y disfruto, gracias a la conexión Wi-Fi gratuita ¡qué conste!, de tranquilidad para traer puntualmente esta crónica a vuestras pantallas.

Shelma 🙂
[happier than yesterday]

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Héroïnes du Pop I. France Gall ‘Babou’

29 enero 2008

¡Bienvenidas a esta nueva sección del blog!

Está dedicada a las diosas de nuestra música, a las heroínas del pop, la música yé-yé y la chanson française, que pusieron fondo musical a nuestras vidas. Y puesto que de heroínas francesas tratan estas páginas, pues habrá que escribirlas en francés… Desolé!

France Gall 1 France Gall 2

FRANCE GALL ‘BABOU’ (Partie 1 – 1963/1972)

A l’instar du couple Jane Birkin et Serge Gainsbourg, il est très difficile de parler de France Gall sans évoquer Michel Berger. D’abord jeune chanteuse ingénue dans les années 60 sous l’aile de Gainsbourg (encore lui…), elle lie son existence artistique et personnelle à Michel Berger, brillant auteur-compositeur. Grâce à lui, France Gall connaît une carrière pleine de succès.

Isabelle Gall nait le 9 octobre 1947 à Paris, issue d’une famille de musiciens. Son père, Robert Gall (1918-1990) est ancien élève du conservatoire, chanteur et auteur (notamment de La Mamma pour Charles Aznavour). Sa mère, Cécile Berthier, est la fille de Paul Berthier (1884-1953), cofondateur de la Manécanterie des Petits Chanteurs à la Croix de Bois.

C’est en famille qu’elle s’initie à la musique en commençant le piano à 5 ans, puis la guitare vers 11 ans. Adolescente, elle fait de la musique avec ses deux frères, les jumeaux Patrice et Philippe. La petite Isabelle est surnommée «Babou» par sa famille, surnom qu’elle porte encore aujourd’hui. Son père, devant son caractère déjà affirmé, lui octroie le titre de «petit caporal».

Ne sois pas si bête (1963)Joyeux anniversaire! (1963)
Dès son enfance, elle apprend le piano et la guitare et avec ses frères, forme un petit ensemble maison. Au printemps 1963, son père l’incite à enregistrer quelques chansons et très rapidement, il lui signe un contrat chez Philips où Denis Bourgeois est déjà directeur artistique de Serge Gainsbourg qui commence à lui écrire de nombreux titres aux textes espiègles et faussement naïfs. On lui impose de changer de prénom … elle deviendra «France» Gall.

Le jour de ses 16 ans (septembre 1963) son premier disque est diffusé à la radio : «Ne soit pas si bête» est un succès et vendre 200.000 exemplaires. Par la suite, Serge Gainsbourg lui écrit de nombreuses chansons qui se placeront très vite en tête du hit-parade comme par exemple «N’écoute pas les idoles» et «Laisse tomber les filles». Elle collabore avec de nombreux paroliers dont Joe Dassin, Pierre Delanoë et Alain Goraguer, se fait très vite un nom dans le monde des yé-yé, courant musical très en vogue à l’époque, mêlant rythmes anglo-saxons et variété française. Désormais lancée dans la chanson, France Gall quitte l’école à la fin de 1964 et sort un second 45 tours qu’elle enregistre avec regret, une chanson pour enfants Sacré Charlemagne qui se vendra à plus de 2 millions d’exemplaires dans le monde entier.

L’an à succès (1965)Laisse tomber les filles (1964)
Sacré Charlemagne se vend à plus de 2 millions d’exemplaires en franchissant les limites de la France pour faire chanter tous les écoliers du Japon aux États-Unis en passant par l’Afrique (cette chanson deviendra même l’hymne du mouvement de la jeunesse algérienne!).

Le 20 mars 1965, France Gall représente le Luxembourg au Concours Eurovision de la chanson devant 150 millions de téléspectateurs et en direct de Naples. Elle gagne avec «Poupée de cire, poupée de son» (Gainsbourg / Goraguer). Le chanson déviens un énorme succès commercial, dépasse les frontières européennes et est alors enregistrée dans pas moins de cinq langues, dont le japonais. C’est elle qui aura gain de cause en choisissant Poupée de cire, poupée de son sur les 10 titres qu’on lui propose. Le 20 mars, l’équipe des « 3 G », Gainsbourg-Gall-Goraguer, est à Naples où se tient le Concours de l’Eurovision. La chanson, huée lors des répétitions, sera alors défendue par France d’une voix mal assurée devant plus de 150 millions de téléspectateurs et comme elle le dit elle-même, «envers et contre tous».

La singularité de la chanson étonne et elle est élue Grand Prix. Un rien chauvin, le public français s’émeut et reproche à Gall et à Gainsbourg d’avoir gagné pour le Luxembourg et non pour leur propre pays. Face à la popularité de cette chanson de France, une société de gadgets fabrique, à la cadence de 15 000 exemplaires par jour, une poupée de vinyle à son effigie sous la forme d’un porte-clés.

France part pour une tournée d’été de plusieurs mois avec un chapiteau sur les routes françaises avec le Cirque de France. Son frère Philippe a remplacé le bassiste de l’orchestre. Elle continue d’engranger des succès écrits par Gainsbourg : il y a Attends ou va-t’en puis, à la fin de l’année, Nous ne sommes pas des anges ainsi que Poupée de cire, poupée de son (1965)L’Amérique du compositeur Guy Magenta.

Pop, lolita et le flop (1966)
L’année 1966 débute avec un nouveau tube de Gainsbourg Baby Pop, un texte que France qualifie de « brutal », mais dont on n’écoutera pas la noirceur des paroles chantées par cette gamine de 18 ans. En revanche, l’œuvre suivante de Gainsbourg, Les Sucettes, commentée par les propos appuyés de son auteur, va déclencher un vent de scandale grandissant au fil des mois. Ce succès s’accorde mal avec les autres chansons naïves du même disque, telles que Je me marie en blanc et Ça me fait rire. D’autant plus que, parallèlement, dans le spectacle télévisé Viva Morandi, qui s’inscrit dans la mouvance psychanalytique du dernier film de Fellini, Juliette des esprits (1965), France incarne l’une des deux jeunes filles en fleurs, sorties des bouches d’ombres, qui troublent le yéyé italien Gianni Morandi à la recherche de l’amour. Elle est «La Grâce» qui chante également Les Sucettes (avec un écriteau spécifiant «Fantaisie») aux côtés de Christine Lebail qui est «La Pureté». Ces interprétations contradictoires des Sucettes déroutent et provoquent un malaise dont France ne sort pas indemne quand elle comprend, bien trop tard, qu’elle a été manipulée dans un but médiatique. Pour France Gall, cette époque n’est pas un bon souvenir. En dépit d’un succès commercial précoce, elle est encore une jeune fille immature et très protégée, ne profitant guère de sa notoriété.

Désormais, ses prochains disques, même expurgés de la signature gainsbourgienne, sont suspectés de visées bassement mercantiles. Ainsi, elle sera taxée de nécrophilie avec sa chanson dédiée au fils de John Kennedy, Bonsoir John John. Elle ne fera plus de succès avant longtemps et son association avec Gainsbourg, entachée, ne fonctionnera plus. Même certaines de ses chansons pour enfants enregistrées en 1966 ne lui épargneront pas des jugements peu amènes, car soupçonnées d’être pernicieuses (Les Leçons particulières). Les mises en scène corrosives de Jean-Christophe Averty lui faisant commander un troupeau d’hommes à quatre pattes pour illustrer sa chansonLes sucettes (1966) enfantine J’ai retrouvé mon chien dans son émission télévisée Les Raisins verts n’arrangent pas les choses.

En 1966, elle a 20 ans et est élue Chanteuse pop française n°1.

Le premier retrait (fin des années 60)
Par la suite, les disques de France Gall ne rencontrent pas le même succès. En 1967, «Teenie Weenie Boppie», chanson avec laquelle Gainsbourg signe une charge contre le LSD, fait un grand flop qui marque la fin de leur collaboration. Puis, elle interprète un ultime tube en 1967, «Bébé Requin», co-signé Jo Dassin.

A la fin des années 60, France Gall entame une carrière outre Rhin où elle enregistre régulièrement jusqu’en 1972 avec une équipe spécifique qui composera des chansons en allemand. Beaucoup d’Allemands croiront d’ailleurs pendant longtemps que France est de leur nationalité.

Jusqu’en 1971, les chansons qu’elle sortira en France, notamment avec la maison de disques «La compagnie», ne rencontreront pas le succès.

(à suivre …)

[Sources: Wikipedia, http://www.francegall.net, http://www.youtube.com et des archives propres.]